7 desperdicios y 5 pasos: Lean y Six Sigma

Estos dos métodos de mejora de procesos, Lean y Six Sigma, presentan una diferencia simple de entender y que es muy importante tener en cuenta al aplicar cualquiera de los dos.

Incluso se puede decir que a pesar de esa diferencia, las metodologías Lean y Six Sigma se complementan.

El enfoque Lean tiene como objetivo hacer que los procesos sean más leves y ágiles, disminuyendo el intervalo entre las actividades.

Como los procesos se siguen en los ciclos de producción, al disminuir el tiempo entre tareas, los ciclos serán más rápidos y ocurrirán más veces en el mismo intervalo de tiempo.

Para alcanzar esto, el método Lean tiene como objetivo la eliminación de desperdicios, que detallaremos más adelante.

La metodología Six Sigma tiene el propósito de eliminar defectos, con el objetivo de mejorar la calidad y atender mejor a los clientes.

Para ello cuenta con cinco etapas, que también vamos a explicitar a continuación.

Los 7 desperdicios que se deben evitar en un proceso Lean:

Al controlar cada uno de esos desperdicios, y tratar de evitarlos, el proceso será cada vez más leve y ágil.

  1. Los defectos: cuando un producto o servicio no cumple las especificaciones del cliente, además de poder crear la pérdida del cliente, se creará un desperdicio para intentar reparar este error o sustituirlo.
  2. La espera: cuando una tarea del proceso no se hace porque la entrega anterior (un recurso, información, autorización u otros) no ha ocurrido, es evidente que resultará en retrasos y desperdicios.
  3. El talento no utilizado: un recurso humano que no es bien aprovechado o que no es reconocido es uno de los más graves desperdicios que puede suceder en una empresa.
  4. El transporte: siempre que sea posible evitar el transporte, se debe hacerlo, instalando existencias cerca del local de producción o el final de la línea de montaje contiguo a la sala de expedición, por ejemplo.
  5. El inventario: Tener demasiadas existencias, sin necesidad, es un desperdicio total de recursos que podrían emplearse en otras actividades, además de crear gastos de almacenamiento, seguros, alquiler y otras.
  6. El movimiento: el flujo de información y recursos se debe optimizar, lo que además de disminuir riesgos, hace la operación más ágil y hasta transparente, en algunos casos.
  7. El procesamiento extra: si un cable eléctrico es suficiente con una cubierta de caucho de 1 milímetro para su uso, producirlo con más que eso es un procesamiento extra e innecesario, caracterizándolo como un desperdicio. 

    Las 5 etapas de Six Sigma:

    Reducir los defectos y garantizar un alto nivel de calidad. ¿Por dónde empezar?

    La metodología Six Sigma comienza definiendo donde la empresa necesita más eliminar los errores y defectos, para luego proseguir con las demás etapas, vea:

    1. Definir: descubrir qué procesos de la empresa agregan más valor a la cadena productiva y deben presentar el mejor nivel de calidad posible.
    2. Medir: medir de forma objetiva y confiable el desempeño de esos procesos.
    3. Analizar: analizar las informaciones recogidas para descubrir el origen – las causas de las inconformidades – para definir dónde existen oportunidades de mejora.
    4. Mejorar: corregir y prevenir los defectos mediante la optimización de procesos.
    5. Controlar: comprobar continuamente si las mejoras implementadas realmente están trayendo los efectos deseados y comprobar si hay nuevas oportunidades de optimización.

    Sin duda, practicar la mejora de procesos con Lean y Six Sigma utilizados de forma complementaria puede traer resultados bastante satisfactorios.

    Y si usted puede contar con una herramienta BPMN para diseñar estos procesos con agilidad y precisión, mejor aún.